Andanzas por el aula: Confesiones de un profe
A modo de disculpas
En
vez de comenzar con la típica “Itroducción” o “Prólogo”, lo digo a calzón
quitado .No esperen encontrar en este libro teorías elaboradas sobre la
enseñanza o referencias a los grandes popes de la educación, aquí encontraran
las vivencias, ideas y experiencias de un profe de secundario desde las
entrañas. Deudor y de alguna forma discípulo de
Ricardo Cabrera quien en “Por las barbas de Juno” expone, quizás por
primera vez, las vivencias de un profe secundario. Estas son experiencias
reales, omitiendo por supuesto nombres y lugares, por lo demás todo es verídico
de punta a punta. Por último, es absolutamente autorreferencial, no existen
elementos objetivos, es total y absolutamente subjetivo.
El vientre de la bestia
Todo
sucede en el aula. En este ámbito un adulto y decenas de adolescentes que están
allí por pura obligación, no desean, no quieren, madrugar, escuchar a un
adulto, sentarse en un duro banco 5 horas al día. Somos la barrera entre ellos
y la diversión. Los padres tratan de mediar para hacerles creer que sin esta
etapa “no serán alguien en la vida”, gracias a ellos podemos sostenerlos y
tratar de mantener su atención algunos minutos. El docente tampoco goza de
todas las comodidades: Se le reseca la garganta, no tiene agua a disposición,
le queda todavía una hora y media de clase y el tiempo parece no pasar, otras
necesidades también llaman a su naturaleza y el debe soportar todo: ausentarse
del aula es como desertar en la milicia... In extremis, puede enviar un alumno,
pero sólo in extremis. Así discurre la lección, habla, escribe en el pizarrón,
trata de llamar la atención con propuestas novedosas. El auditorio sólo
responde abúlicamente y a veces se logra, unos segundos, sorprenderlos, después
el mismo clima de siempre. Los “expertos” nos dan ideas, sugerencias, que sólo
funcionan en su laboratorio y por no más de 20 minutos al año. Recuerdo un
experto que me sugirió, con absoluta confianza en sí mismo, utilizar la Torre
Eiffel como modelo para enseñar física...
Hay
muy pocos análisis del vientre de la
bestia: algunos recuerdos de alumnos (Juvenilia, de Miguel Cané), algunas
crónicas noveladas de docentes (por las Barbas de Juno, de Ricardo Cabrera),
notas fragmentadas y no mucho más. Ríos de tinta derramados alrededor de las
instituciones educativas, de la sociedad, del alumno, del docente, de los
contenidos, de los instrumentos, pero pocas, muy pocas letras se dedicaron al
ámbito central de la enseñanza, donde se teje la urdimbre del complejo tejido
del proceso de enseñar y aprender: el aula como lugar en que se da esa peculiar e irrepetible relación entre
profesores y alumnos. En algún punto la situación es similar a la que se da en
el teatro entre actores y espectadores, si bien la obra es la misma, cada
función es única, ya que depende de las corrientes anímicas que fluyen en el
ambiente.